
“Tomando como ejemplo a la población judía askenazí -la proveniente de Europa central y oriental- encontramos el doble de personas con mutaciones peligrosas que cuando se hacen las pruebas solo a las que tienen antecedentes familiares”, aseguró en una rueda de prensa el profesor Larry Norton, que presidió la conferencia que reúne a una treintena de expertos de EE.UU., Europa e Israel.
En nombre de los investigadores que participaron en el simposio organizado por el Centro Médico Soroka y la Fundación para el Cuidado de la Salud de Israel, manifestó Norton que “las reglas para la detección tienen que cambiar” aunque eso implique “evaluar las consecuencias psicológicas, médicas y económicas de hacer pruebas más generales”.
Según los expertos, la detección temprana de mutaciones peligrosas, como por ejemplo en los genes BRCA1 y BRCA2, “puede salvar vidas, ya que permite tomar medidas para minimizar los riesgos”.
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