El coco, fruto de concha marrón y de sabor dulce, proporciona múltiples beneficios al organismo, además de su aporte culinario que las amas de casa conocen.
La pulpa blanquecina que se encuentra en su interior y su líquido transparente tienen aportes curativos medicinales como antiparasitario, inmunoestimulante y hepatoprotector.
De acuerdo a sus composición química, es rico en vitaminas, minerales, oligoelementos y antioxidantes, por tal motivo se recomienda su consumo como:
Fuente de hidratación: El coco contiene un alto porcentaje en agua, junto a las sustancias mencionadas anteriormente que unidas evitan la deshidratación. Asimismo, tiene poca grasa y azúcares lo que igualmente resulta beneficioso para la dieta diaria.
Poderoso reminerizante: Su gran cantidad de minerales permiten que los músculos siempre estén protegidos y en las mejores condiciones, pero también favorece al mejoramiento de las funciones cardiovasculares.
Potente antioxidante: Ayuda a prevenir los daños que ocasionan los radicales libres en el organismo así como la degeneración de las células gracias a su contenido en antioxidantes y minerales como el selenio y el zinc.
Valioso energizante: Su poca aunque importante cantidad de azúcares causa un efecto energizante.
Adicionalmente, presenta grasas saturadas que reservan la energía en el organismo y permiten regular la presión de la sangre.
Activador del sistema nervioso: El coco, específicamente su agua se recomienda para fortalecer los nervios y mejorar el estado de la memoria y la concentración.
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